Te echo de menos, viejo. Ya se han cumplido poco más de doce años que te fuiste y cada vez que hago un reportaje fotográfico a un marino parece que deambulas por mi lado dándome consejos. Te agradezco mucho todo lo que me enseñaste, quisiera haber aprendido más de ti.
Aquí me tienes, donde tanto te gustaba estar: A la orillita del mar.