Puse una puerta en mi casa
para proteger lo que más quería,
pero la soledad me hizo abrirla
a quien me robó 'to' lo que tenía.
Sus ojos negro azabache,
el veneno de su boca...
fue quitándome el 'sentío'
de manera sigilosa.
No se 'jartó' hasta hacer suyo,
de mi casa, cada rincón.
Ten cuidado, amigo mío,
cuando entregues tu corazón.